Nota para el viajero


en este blog intento reunir dos de mis más salvajes obsesiones: el arte y la literatura; está dedicado a todos los creadores que de alguna manera siempre me acompañan y han pasado a formar parte de mi manera de entender el mundo...

no soy un "conocedor" académico... así que no me exijan ni tesis doctorales ni razonamientos consecuentes...


sábado, 20 de noviembre de 2010

Giuseppe Ungaretti - Antología Poética

GIUSEPPE UNGARETTI
1888-1970



El poeta tiende a la palabra desnuda, la palabra pegada a la realidad, con un estilo libre de las incrustaciones literarias e irónicas de los crepusculares y de la semántica aproximada de los futuristas. Si bien de los primeros rechaza la ambigüedad de la palabra, le atrae su concepción de la sintaxis. De los futuristas descarta la falta de estilo, pero preserva de ellos la pureza de la palabra y una cierta disposición gráfica de los versos. La novedad de Ungaretti radica fundamentalmente en la recuperación del sentido de la palabra.


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ETERNO

Entre una flor que cojo y otra que regalo
la inexpresable nada



RECUERDO DE ÁFRICA

El sol rapta la ciudad
Ya no se ve
Tampoco las tumbas resisten demasiado



ATARDECER

La ruborosa cara del cielo
despierta el oasis
para el nómada amor.



LA PIEDAD

1

Soy un hombre herido.
Y yo quisiera irme
y llegar finalmente,
piedad, a donde se escucha
al hombre que está sólo consigo.

No tengo más que soberbia y bondad.

Y me siento exilado en medio de los hombres.

Mas por ellos estoy en pena.

¿No sería digno de volver a mí?

He poblado de nombres el silencio.

¿He hecho pedazos corazón y mente
para caer en servidumbre de palabras?
Reino sobre fantasmas.

Hojas secas,
alma llevada aquí y allá...,

No, odio el viento y su voz
de bestia inmemorable.

Dios, ¿aquéllos que te imploran
no te conocen más que de nombre?

Me has arrojado de la vida:
¿me arrojarás de la muerte?

Quizá el hombre también es indigno de esperanza.

¿Hasta la fuente del remordimiento está seca?

El pecado, qué importa
si ya no conduce a la pureza.

La carne apenas recuerda
que tuvo fuerza una vez.

Loca y gastada está el alma.

Dios mira nuestra debilidad.

Queremos una certeza.

¿Ya ni siquiera te ríes de nosotros?

Compadécenos entonces, crueldad.

No puedo seguir amurallado
en el deseo sin amor .

Muéstranos una huella de justicia.

Tu ley, ¿cuál es?

Fulmina mis pobres emociones,
libérame de la inquietud.
Estoy cansado de gritar sin voz.


2

Carne melancólica
donde una vez pululó la alegría,
ojos entreabiertos del despertar cansado,
¿ves tú, alma demasiado madura,
lo que seré caído en la tierra?

Está en los vivos el camino de los difuntos,

nosotros somos una riada de sombras,

y ellas el grano que explota en el sueño,

de ellas es la lejanía que nos queda
y de ellas la sombra que da peso a los nombres.

La esperanza de una gran sombra
¿sólo es esto nuestra suerte?

¿Y no serías tú más que un sueño, Dios?

Temerarios, por lo menos un sueño
queremos que sea semejante a ti.

Es parto de la locura más clara.

No tiembla en nubes de ramas
como pájaros de la madrugada
al borde de los párpados.

En nosotros está y languidece, llaga misteriosa


3

La luz que nos aguija
es un hilo cada vez más sutil.
¿Sólo deslumbras matando?
Dáme esta alegría suprema.


4

El hombre, monótono universo,
cree acrecentar sus bienes,
y de sus manos febriles
no salen, sin fin, más que límites.

Pegado al vacío,
a su hilo de araña,

no teme ni seduce
más que a su propio grito.

Evita el desgaste haciendo tumbas,
y para pensarte, Eterno,
no tiene más que blasfemias.



SOLDADOS

Se está como
en otoño
sobre los árboles
las hojas.



CIELO DESPEJADO

Después de la creciente
niebla
una
por una
las estrellas
se quitan el velo

Respiro
el aire fresco
que el color del cielo
me ofrece

Sé soy
una pasajera
imagen

atrapada en un círculo
inmortal



DISTANTE

Distante en una tierra distante
como a un hombre ciego
ellos me han abandonado



QUIETUD

Las uvas maduras, el campo arado,

La colina se recorta en las nubes.

En los espejos polvorientos del verano
la sombra ha caído,

Entre los dedos inciertos
Su destello es claro,
Y distante,

Con las golondrinas vuela
La última angustia.



VAGABUNDO

En ninguna
parte
de la tierra
me puedo
arraigar

A cada
nuevo
clima
que encuentro
descubro
desfalleciente
que
una vez
ya le estuve
habituado

Y me separo siempre
extranjero

Naciendo
tornado de épocas demasiado
vividas

Gozar un solo
minuto de vida
inicial

Busco un
país inocente;
desde abetos a palmeras el estrépito
por siempre desolas; silente
el grito de los muertos es más fuerte.



ABURRIMIENTO

También esta noche pasará
Esta soledad de ronda
titubeante sombra de los cables tranviarios
sobre el húmedo asfalto

Miro a los conductores
medio dormidos
cabecear.



LOS RECUERDOS

Los recuerdos, inútil infinito,
pero solos y unidos contra el mar, intacto,
en medio de estertores infinitos...

El mar,
voz de una libre grandeza
pero inocencia enemiga en los recuerdos,
tan rápido en borrar las huellas dulces
de un pensamiento fiel...

El mar, sus blanduras indolentes
tan feroces y esperadas tanto, tanto,
y en su agonía,
presente siempre, renovada siempre,
en el despierto pensamiento, la agonía.

Los recuerdos,
el revolverse vano
de arena que se mueve
sin pesar sobre la arena,

ecos breves y lentos,
sin voz, ecos de los adioses
a minutos que parecían felices...



NO GRITÉIS MÁS

Dejad de matar a los muertos,
no gritéis más, no gritéis,
si les queréis todavía oír
si esperáis no perecer .

Tienen un susurro imperceptible,
no hacen más rumor
que el crecer de 1a hierba,
alegre donde no pasa el hombre.



JUNO

Alrededor de esa perfecta madurez que me atormenta,
Un muslo levantándose por sobre otro...

Esparce tu furia a través de una acerba noche!



CONDENA

Como la áspera piedra del volcán,
como la piedra pulida del torrente,
como la noche sola y desnuda,
alma como honda y con terrores
¿Por qué no te recoge
la mano firme del Señor?

Este alma
que sabe las vanidades del corazón
y sabe pérfidas sus tentaciones,
y del mundo conoce la medida,
y los planes de nuestra mente
considera minucias,
¿por qué no puede soportar
más que arrebatos terrenos?

Tú no me miras ya, Señor...
Y no busco sino olvido
en la ceguedad de la carne.



LA MUERTE MEDITADA

Has cerrado los ojos,
nace una noche
nena de falsos huecos,
de ruidos muertos
como de corchos
de redes caladas en el agua.

Tus manos se hacen como un soplo
de inviolables lontananzas,
inaferrables como las ideas,

y el equívoco de la luna
y el balancearse, dulcísimos,
si quieres posármelas sobre los ojos,
tocan el alma.

Eres la mujer que pasa
como una hoja
y dejas en los árboles un fuego de otoño.



TIERRA

Podría haber en la guadaña
un rápido reflejo, y el rumor
tornar y perderse por grados
hacia las grutas, y el viento podría
de otra sal enrojecer los ojos...

Podrías, la quilla sumergida,
oírla deslizarse a lo lejos,
o a una gaviota equivocar su pico,
la presa huída, en el espejo...

Del trigo de noches y días
colmadas mostraste las manos,
delfines de los viejos tirrenos
viste pintados en secretos
muros inmateriales y, luego, detrás
de las naves, vivos volar,
y tierra eres aún de cenizas
de inventores sin descanso.

Cauto temblor podría otra vez a adormecedoras
mariposas en los olivos, de un instante a otro,
despertar;
quedarás inspiradas vigilias de extintos,
intervenciones insomnes de ausentes,
la fuerza de cenizas, sombras
en el raudo oscilar de las platas.

Continúas derribando al viento



PLACER

Ardo con la
fiebre
de este torrente de luz

Doy la bienvenida a este
día como
a dulcificante fruta

Esta noche
sentiré
remordimiento como un
alarido
perdido en el
desierto



EL ÁNGEL DEL POBRE

Ahora que invade las nubladas mentes
más áspera piedad de la sangre y la tierra,
ahora que nos mide a cada pálpito
el silencio de tanta injusta muerte,

ahora que despierta el ángel del pobre,
gentileza del alma, pervivida...

Con el gesto inextinguible de los siglos
baje a la cabecera de su viejo pueblo
en medio de las sombras...



A LA SALIDA

Quién viniera conmigo a través de los campos

El sol se esparce en diamantinas
gotas de agua
sobre la frágil hierba

Me recuesto con
el placer
del apacible corazón del universo

Las montañas crecen
en corrientes de sombra lila
y se perfilan contra el cielo

En la luminosa cúpula arriba
el hechizo se ha roto

Y yo retorno hacia mí
y anidado me escondo dentro de mí mismo



LA MADRE

Y cuando el corazón de un último latido
haya hecho caer el muro de sombra,
para conducirme, madre, hasta el Señor,
como una vez me darás la mano.

De rodillas, decidida,
serás una estatua delante del Eterno,
como ya te veía
cuando estabas todavía en la vida.

Alzarás temblorosa los viejos brazos,
como cuando expiraste
diciendo: Dios mío, heme aquí.

Y sólo cuando me haya perdonado
te entrarán deseos de mirarme.

Recordarás haberme esperado tanto
y tendrás en los ojos un rápido suspiro.



SAN MARTÍN DEL CARSO

De estas casas
no ha quedado
más que algún
pedazo de muro

De tantos
a quienes estaba unido
no ha quedado
ni siquiera eso

Pero en el corazón
ninguna cruz falta

Mi corazón
es el país más desvastado.



NOSTALGIA

Cuando
la noche está por pasar
un poco antes de empezar la primavera
y la gente
comience a transitar

Un sombrío color
de llanto
se espesa sobre París

En la esquina
del puente
contemplo
el inabarcable silencio
de una pobre niña

Nuestras dos
enfermedades
van juntas

Y si arrastradas a otro lugar
allá estaríamos juntos



VIGILIA

Una entera velada
tendido al costado
de un compañero
masacrado
con su boca
desencajada
vuelta al plenilunio
con la congestión
de sus manos
penetrada
en mi silencio
he escrito
cartas llenas de amor.

No me he sentido nunca
tan
aferrado a la vida.



TAL VEZ NACE

Hay una neblina que nos borra
Tal vez aquí arriba nace un río

Oigo el canto de las sirenas
del lago donde estaba la ciudad.



EL PUERTO SEPULTO

El poeta arriba allí
y luego vuelve a la luz con sus cantos
y los dispersa

De esta poesía
me queda
aquella nada
de inagotable secreto



MAÑANA

Me ilumino
de inmenso



INICIO DE TARDE

La vida se vacía
en diáfana ascensión
de nubes llenas
pespunteadas de sol



JUNIO

Cuando
se me muera
esta noche
y como otro
pueda mirarla
y me adormezca
al rumor
de las olas
que terminan
de enrollarse
a la cinta de acacias
de mi casa

Cuando me despierte
en tu cuerpo
que se modula
como la voz del ruiseñor

Se extenúa
como el color
reluciente
del grano maduro

En la transparencia
del agua
el oro de seda
de tu piel
se encarnecerá de moreno

Librada
de las lajas
sonoras
del aire serás
como un pantera

A los cortes
móviles
de la sombra
te deshojarás

Rugiendo
muda en
aquél polvo
me sofocarás

Después
entornarás los párpados

Veremos nuestro amor reclinarse
como tarde

Después veré
serenado
en el horizonte de alquitrán
de tus iris morirme
las pupilas

Ahora
el sereno está cerrado
como
a esta hora
en mi país de África
los jazmines.

He perdido el sueño

Oscilo
a orillas de un camino
como una luciérnaga

¿Se me morirá
esta noche?



VANIDAD

De improviso
está, alto,
sobre las ruinas
el límpido
estupor
de la inmensidad

Y el hombre
encorvado
sobre el agua
sorprendida
por el sol
se descubre
una sombra

Mecida y
despacio
rota



DESDE EL CAMINO DEL VALLE

Limpiedumbre de montaña
reascendida
en el globo
del tiempo
amansado



LA NOCHE HERMOSA

¿Qué canto se ha elevado esta noche
que teje
de eco cristalino del corazón
las estrellas?

¿Qué fiesta surgida
de corazón en nupcias?

He sido
un espejo oscuro

Ahora muerdo
como un niño la teta
el espacio

ahora estoy ebrio
del universo.



SI TÚ, HERMANO MÍO

Si tú volvieras a mi encuentro, vivo,
con la mano tendida,
aún podría,
en un descuido, estrechártela
de nuevo, hermano.

Pero de ti, de ti ya no me rodean
más que sueños, vislumbres,
los fuegos sin fuego del pasado.

La memoria no despliega más que imágenes
y para mí mismo yo mismo
ya no soy sino
la anonadante nada del pensamiento



CLAROSCURO

También las tumbas han desaparecido

Espacio negro infinito que ha bajado
desde este balcón
al cementerio

Ha venido a reencontrarme
mi compañero árabe
que se mató la otra noche

Viene el día

Vuelven las tumbas
aplastadas en el verde tétrico
de las últimas sombras
en el verde turbio
de la primera claridad



SILENCIO

Conozco a una ciudad
que cada día se llena de sol
Y todo es atrapado entonces por un éxtasis

Me fui una tarde

En el corazón perduraba el canto
de las cigarras

Desde el buque
barnizado de blanco
he visto
mi ciudad desaparecer
dejando
en poco tiempo
un abrazo de lamparillas en el aire turbio
suspendidas



SOY UN SER HUMANO

Como esta piedra
del San Miguel
tan fría
tan dura
tan árida
tan regractaria
tan totalmente falta de vida

Como esta piedra
es mi llanto
que no se ve

La muerte
se paga
viviendo



MONOTONÍA

Detenido entre dos guijarros
languidezco
bajo esta
bóveda empañada
de cielo

La maraña de senderos
posee mi ceguera

Nada es más escualido
que esta monotonía

Desconocía entonces
que es una cosa
corriente
también
la consumición vespertina
del cielo

Y sobre mi tierra africana
sosegada
con un arpegio
perdido en el aire
me renovaba



UNIVERSO

Con el mar
me he hecho
un ataúd
de frescura.

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